La ciencia y la tecnología están lejos de ser políticamente neutras y sus nuevas y espectaculares realizaciones no necesariamente representan un progreso para la sociedad. En la charla se abordará por qué el científico o el tecnólogo, pueden ser los únicos que sepan de sus temas específicos, pero que no necesariamente eso implica que ese conocimiento les permita decir qué es lo mejor para la sociedad. Se mostrarán ejemplos concretos, como lo ocurrido en la Ley del Bicentenario, la política energética, o la ley de prohibición del transporte de residuos radioactivos, en los cuales se evidencia la necesidad de lograr un lenguaje común entre todas las personas ligadas a estas actividades de tanta trascendencia tanto para los actuales habitantes como para las futuras generaciones.