El grafeno es una novedosa forma estructural del carbono, una lámina
hexagonal plana (como un panal de abejas) formado por una sola capa de átomos de carbono.
Siendo una estructura sencilla de imaginar, el desafío tecnológico ha sido
hacer realidad un material de una sola capa atómica.
Fue sintetizado por primera vez en 2004 y saltó a la fama en 2010
cuando sus descubridores recibieron el Premio Nobel de Física.
Las aplicaciones potenciales del grafeno son tantas que asombran: entre las propiedades más
sobresalientes se encuentran que es transparente, flexible, extraordinariamente resistente,
impermeable, abundante, económico y conduce la electricidad mejor que ningún otro metal
conocido. Para la ciencia básica, se ha constituido en un escenario experimental
ideal para simular fenómenos que van desde lo cotidiano hasta modelos del origen del universo.
Tantas propiedades no se habían encontrado antes en ningún otro material,
por lo que en la actualidad el grafeno tiene fascinados a los científicos y a la industria.