La característica que distingue a sólidos de líquidos es
la capacidad de estos últimos de fluir. Si se somete a
un sólido a un esfuerzo, éste se deforma hasta cierto
punto, en cambio un líquido continúa deformándose
indefinidamete: eso es el flujo. La viscosidad de un
líquido es la propiedad que cuantifica el esfuerzo
necesario para producir y mantener un flujo (a mayor
viscosidad, más difícil es mantener el flujo). Si un
líquido se enfría, su viscosidad aumenta, y las cosas
pueden empezar a complicarse. En muchos casos es
posible llevar el líquido a temperaturas tales que la
viscosidad aumenta enormemente, de modo que ponerlo a
fluir es tan difícil que cuesta distinguirlo de un
sólido. Discutiremos éste fenómeno así como el
comportamiento intermedio entre líquidos y sólidos
observado en muchos materiales, llamado
viscoelasticidad. Discutiremos también la relación de
estos comportamientos con la formación de vidrios, y
como los intentos por describirlo desde el punto de
vista de la física teérica conducen a considerar el
surgimiento de un orden que no conlleva una simetría
evidente, llamado "orden amorfo".